A primera vista podría parecer que subiendo los precios aumentarán los beneficios de los restaurantes (y de cualquier clase de negocio). Lógicamente, no es algo tan sencillo. Subir los precios de un restaurante puede provocar una pérdida de clientela, y por tanto una disminución de los ingresos, si no se lleva a cabo en el momento oportuno y siguiendo unas estrategias adecuadas.
Son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de establecer los precios de tu menú y carta: el coste de los productos, los márgenes de ganancia, los costos adicionales, los precios de la competencia…
Pero lo que vamos a mostrarte en este artículo no es el modo de establecer esos precios, sino las formas de subirlos sin que ello suponga una merma en la asistencia a tu local. Tu clientela debe entender esa subida de precios y para esto necesitarás aplicar técnicas “pedagógicas” y de marketing, además de contar con la ayuda de tu propia plantilla.
3 estrategias para subir los precios de tu restaurante
Son muchas las estrategias para subir los precios en hostelería sin reducir a clientela. Veamos algunas de las más habituales.
Cuida las descripciones de tus platos
Una asignatura pendiente entre muchos profesionales de la hostelería. Aunque no hay duda de que es la buena calidad de los platos lo que más puede fidelizar a los clientes, también es una realidad que hay que saber venderlos. Y la descripción de un plato es uno de los secretos de su éxito.
Por ejemplo, la percepción de un plato varía notablemente si en vez de llamarlo “Atún con caldo”, lo vendes como “Ventresca de atún con caldo especiado, cilantro, aguacate y soja”. Un cliente estará más dispuesto a pagar un precio superior por el segundo que por el primero, aunque puedan llevar los mismos ingredientes (huelga decir que la descripción debe corresponderse con los ingredientes del plato).
Solo tienes que fijarte en las cartas de los restaurantes de alta gama, algunos de ellos con Estrellas Michelín, para darte cuenta del cuidado que ponen en sus descripciones.
Sitúa los precios debajo de las descripciones
Este es un sencillo truco cuya eficiencia está más que demostrada. Los precios alineados a la derecha de los platos invitan a que los clientes se fijen más en ellos y los comparen, llevándoles muchas veces a elegir los más baratos.
Debes tener claro que tu objetivo es que la clientela centre su atención en la descripción de tus platos, en sus imágenes, en su diseño… Cuanto menos se fijen en los precios, mejor. Especialmente si tienes intención de subirlos.
Diseña una carta, tanto física como en web, en la que los precios aparezcan debajo de cada producto, no a su derecha y con una alineación vertical.
Ofrece nuevas experiencias al servir los platos
En la actualidad muchos chefs tienen la misma fama que antaño únicamente poseían las estrellas del cine y de la música. Y eso no solo se debe a su continua presencia en la televisión y en las redes sociales, son por el concepto de espectáculo que ha adquirido la gastronomía. Comer en un restaurante ya no se considera únicamente una experiencia para el paladar, sino para todos los sentidos.
Si vas a subir los precios de tu restaurante, suma un valor añadido a la experiencia culinaria de tus clientes, extendiéndola también al momento en el que se les sirven los platos: cuida al máximo la presentación de los platos, sirve (cuando sea posible) alimentos en crudo para que sean los propios clientes quienes proporcionen el punto sobre una plancha o piedra, utiliza una vajilla atractiva e innovadora…
Otras formas de subir los precios de tu restaurante
Es importante que la subida de los precios de tu restaurante tenga una justificación, y que esa justificación sea visible para tus clientes. Es decir, que entiendan que no solo están pagando lo que cuestan los platos, sino lo que valen (que no siempre es lo mismo).
Agrega valores a tu carta; por ejemplo, añade productos premium a tu carta, o productos locales (está comprobado que la coletilla “de la tierra” siempre genera una simpatía entre la clientela, tanto la autóctona como la foránea).
Tu plantilla también cuenta con un importante papel a la hora de subir los precios de tu restaurante. No olvides que un camarero profesional no solo debe ser un experto en servir las mesas, sino también en vender los productos.
Por muy bien redactada que esté la descripción de los platos en la carta, un camarero que sepa vender tus recetas, que sea capaz de convertirlos en manjares en los oídos de tus clientes, es un activo insuperable en tu negocio. Antes que por el paladar, la comida entra por la vista y también por el oído.
En definitiva, subir los precios no tiene que suponer una pérdida de clientes, sino todo lo contrario. Hacerlo de un modo adecuado puede incluso aumentar tu clientela, tus ventas y, por tanto, los beneficios de tu restaurante.
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